miércoles, 2 de diciembre de 2015

“Una buena imagen vale más que mil palabras”


Hoy en día, las nuevas tecnologías al alcance de todos han causado un fenómeno muy común y habitual en prácticamente toda la sociedad. Y es que todos tendemos a confiar plenamente en nuestros dispositivos móviles y en nuestras cámaras para captar cualquier tipo de imagen sin tener en cuenta la finalidad o el destino de dicha instantánea. Claro está que la calidad de los lentes ha mejorado mucho, pero aun así se debería de tener muy en cuenta este último factor, es decir, a quién va a ir dirigida nuestra fotografía.

En este sentido, hacemos hincapié en la importancia de recurrir a un buen profesional para, por ejemplo, mostrar nuestra imagen en un Curriculum Vitae o en una carta de presentación. Muchas veces creemos que cualquier foto hecha por nosotros mismos sirve. Incluso muy a menudo se acude al tradicional “Fotomatón”. Pero esto suele ser un error. La apariencia en casos como el de buscar trabajo, es muy importante la primera impresión, por ello hay que cuidar muy bien cada detalle.El profesional de la fotografía siempre te podrá aportar mayor calidad y además, aconsejar en la mayoría de los casos.

Normalmente caemos en el convencimiento de que el tamaño de una fotografía de curriculum es igual que la del D.N.I o cualquier otro documento oficial. Sin embargo, no es así. Ya que para el primer caso se nos permite la licencia de que sea de dimensiones un poco mayores para que se aprecie mejor la imagen.

Por otro lado, el buen profesional de la imagen suele realizar una labor de post-procesado para arreglar los posibles fallos que pueda haber y así ofrecer un resultado cuidado y que el cliente quede satisfecho, porque una buena imagen vale más que mil palabras.