A través de este artículo queremos
explicar varios factores que creemos que son clave a la hora de contratar un
fotógrafo profesional dado de alta en la Seguridad Social. La profesionalidad
no la marca su situación laboral, pero queremos dejar constancia de la
importancia que tiene el trabajar como autónomo. Muchas veces, los que
contratan a personal no dado de alta no son conscientes de los riesgos que ello
puede traer a ambas partes.
Es cierto que la situación económica en la que vivimos no
facilita las cosas y muchos se ven obligados a esperar a tener un ritmo de
trabajo regular para poder legalizar dicha situación laboral. Pues, esto significa darse de alta como autónomo, pagar una cuota
mensual de más de 200€ y dentro de los ingresos apartar dinero en concepto de
impuestos de IVA e IRPF.
Por todo esto, los inicios son un
poco complicados. Pero nosotros recomendamos que en cuanto se pueda se legalice
la labor realizada ya que esto también repercute a otros profesionales que
llevan años trabajando en ello de forma legal. No se estaría en la misma
igualdad de competencias.
Suena muy bien, cuando se es la
parte contratante, 600€ frente a 1.200€. Pero posiblemente, aquella persona que
cobre 600€ no declare nada y ese dinero vaya íntegro a su bolsillo. Sin embargo,
aquel que cobre 1.200€ tendrá que destinar parte a su cuota mensual de autónomo
e impuestos varios.
Además, hay que tener en cuenta
muchas más cosas. Es muy importante que cuando se contrata a un fotógrafo para
una boda, comunión, bautizo o cualquier otro tipo de evento, se firme un
contrato a través del cual quede patente el trabajo a realizar y todas las
condiciones. Pues si se recurre a alguien que no sea autónomo se corre riesgo
de que si no aparece o no cumple con lo acordado, luego no se pueda denunciar
ni demandar ya que no hay constancia de este profesional en ningún lado.
Asimismo, si la persona
contratada padece algún tipo de accidente mientras esté realizando su labor,
también puede ser un problema tanto para el trabajador como para aquellos que
lo han contratado, puesto que si se realiza una inspección o se investigase el
accidente, podría recaer una multa también para las dos partes.
De este modo, insistimos en la
importancia de contratar a un autónomo.